lunes, 6 de marzo de 2017

Educación para la participación

Actualmente vivimos en una sociedad caracterizada por la inmediatez, la ubicuidad, la globalidad y la revolución de los modelos comunicativos. Lo que algunos autores denominan la "era de la no desconexión", fundamentalmente con la aparición de los dispositivos móviles y la conexión a Internet. 

Como afirman Gutiérrez y Tyner (2012), «entre las principales características de la sociedad global de comienzos del siglo XXI podríamos destacar la multiculturalidad, la digitalización de la información y la importancia de las redes sociales. Ninguno de estos aspectos se aborda suficientemente en nuestras aulas».

La escuela por tanto no puede permanecer al margen de esta nueva realidad. Será necesario un cambio educativo cuya principal finalidad sea formar individuos capaces de desenvolverse satisfactoriamente en esta sociedad y de dar respuesta y adaptarse a los constantes cambios que llegarán en los próximos años. 
Ya en Finlandia, por ejemplo, se han realizado algunos cambios en el currículo: no será obligatoria la caligrafía tradicional o cursiva, aunque se mantendrá el trabajo de la caligrafía manual y se potenciará el uso del teclado y la mecanografía, aspectos fundamentales en los procesos de enseñanza/aprendizaje para las futuras generaciones.

Las redes sociales en educación:

Las redes sociales forman parte del día a día en la sociedad actual, sobre todo entre los más jóvenes. 
Estas redes tienen distintos usos y posibilidades, entre las que destacamos:
  • Mantener relaciones de amistad o hacer nuevas.
  • Propósitos académicos.
  • Medio para estar al día de lo que ocurre en la realidad.
En el ámbito educativo, han aparecido nuevas formas de comunicación social digital que han solventado algunos de los problemas asociados a las redes sociales tradicionales, como puede ser la falta de privacidad o el escaso control de contenidos. 
Las redes sociales más adecuadas para ser utilizadas son las denominadas redes verticales: son redes creadas por los propios usuarios que se pueden cerrar al exterior y donde sus usuarios están unidos por un interés común (educativo o de cualquier otro tipo). En principio, el usuario de este tipo de redes no está en contacto con nadie que no sea miembro de su propia red. Las redes sociales verticales tienen, así, las características necesarias de privacidad y la posibilidad de controlar los contenidos cuando sea necesario.

En este contexto, algunos agentes educativos, como padres de familia y profesorado, están preocupados por el impacto negativo que el uso de las redes sociales puede tener tanto en la actividad académica como en la vida personal de los más jóvenes. Sin embargo, otros sectores se apoyan en la teoría del conectivismo de George Siemens (2004), como modelo de aprendizaje que reconoce los movimientos tectónicos en una sociedad en donde el aprendizaje ha dejado de ser una actividad interna e individual.
Así encontramos dos caras de una misma moneda. Por un lado los peligros que tienen las redes y por otro las posibilidades educativas y comunicativas. De ahí la importancia de educar a los alumnos en capacidades críticas, de tal forma que sean capaces de usar y gestionar las redes sociales adecuadamente. 

De cara al trabajo en el aula, las redes sociales pueden representar una ventaja para los estudiantes, ya que fomentan el diálogo entre compañeros, promueven la compartición de recursos, facilitan la colaboración y desarrollan destrezas de comunicación. Debemos, por tanto, educar en el trabajo colaborativo. 


¿Cómo conseguir que nuestros alumnos participen de manera racional de las redes sociales?


Alfabetización mediática e informacional: compendio de destrezas, competencias y actitudes que niños, jóvenes y ciudadanos en general han de desarrollar. Las cinco posibles competencias básicas en las que, según la UNESCO, se centra la alfabetización mediática e informacional son:
  • Comprensión
  • Pensamiento crítico
  • Creatividad
  • Conciencia intercultural 
  • Ciudadanía
Así, coincidimos con Gutiérrez y Tyner (2012) cuando plantean que la alfabetización necesaria para el siglo XXI habrá de ser necesariamente mediática (dada la importancia de los medios hoy en día), digital (ya que la mayor parte de la información que se maneja está digitalizada) y multimodal (por la convergencia de texto, sonido, imagen, vídeo y animación).



Fuente: García Galera & Fernández Muñoz (2016): Si lo vives lo compartes. Cómo se comunican los jóvenes en el mundo digital. Fundación Telefónica, Editorial Ariel.

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